Ingeniera, empresaria y deportista
Aunque el deporte para Luz Yamile Ordóñez hoy en día se reduce a unas horas en el gimnasio, ella sabe que ha sido el pilar que ha movido su vida.
A su rol de ingeniera de petróleos y de esposa se suma desde hace más de un año el de empresaria.
¿De dónde saca tiempo para cumplir con tantos compromisos? De la disciplina que, con ejemplo, le impartieron sus padres.
Ellos son el motivo principal por el cual visita cada tres meses a la capital santandereana, pues esta egresada de la Universidad Industrial de Santander está radicada en Bogotá.
Su incursión en el mundo de los negocios inició en sus jornadas diarias en el gimnasio.
“No encontraba la ropa ideal para hacer ejercicio. Probé muchas marcas y licras pero con ninguna me sentía cómoda. La que me gustaba, por la tela no ‘hormaba’ bien, se me bajaba al agacharme, o se me salía el gordito… no había una ideal”, mencionó.
Entonces empezó a elaborar a mano una licra ideal, pues no sabía cómo funcionaba una máquina de coser. Al tiempo leía libros de patronaje, de manera que le dieran la idea de mejorar, a través de una licra, la imagen del cuerpo de la mujer.
“Compré una tela, la mandé estampar y se la llevé a la modista ¡quedó perfecta! Y empiezan en el gimnasio a decirme ¡qué licra tan bonita! Y yo les decía “se la vendo”. Mandaba hacer otra para mí y así las fui vendiendo.
Poco a poco dibujar, estampar y hacer diseños nuevos se convirtió en un hobby, un escape al trabajo diario, tanto que mi esposo al verme tan metida en este cuento me dijo: “oye, y por qué no le pones tu nombre como marca y formas tu negocio”… y así nació la idea”, narró.
Su proyección perfeccionista la llevó a probar varias telas, tanto que demoró un año y medio en ese proceso hasta que dio con ‘súplex brasilero’, una tela que importa hoy en día.
“Es fresca, da una mejor horma, esconde la celulitis, levanta la cola, es liviana, se puede echar a la lavadora y se seca rápido, pues es hecha con la más alta tecnología.
Además probamos en cuerpos pequeños y grandes, pues muchas telas al expandirse se blanquean… esta no”, dijo sobre sus productos.
Aunque trabaja por subcontratista, Luz Yamile cuenta con cuatro personas dedicadas al estampado, cada uno con un nombre diferente.
“Ya tengo dos colecciones oficiales, cada una con aproximadamente 20 nombres irrepetibles en cada colección, son cantidades limitadas”.
Igualmente cuenta con diez modistas que se dedican a hacer las licras “porque no todo mundo hace licras porque es una labor muy compleja, no es nada fácil.
Ellas lo hacen bien y saben cómo pues trabajan también haciendo fajas”.
Su idea de negocio tiene varios seguidores en Instagram y Whattsap, su principal fuente de contacto directo con sus clientes.
Además ya tiene algunos contactos en el exterior, que espera confirmar en sus próximos viajes de competencia deportiva, pues pronto viajará con la ‘chica de hierro de Cabecera’ Samy Ruiz, con quien tiene una hermosa amistad desde hace cinco años.
Para saber…
Luz Yamile Ordóñez fue deportista desde niña. Su padre siempre la incluyó en escuelas de baloncesto y natación. Luego en la universidad siguió en la liga de baloncesto, fue porrista y empezó a ir al gimnasio.