Los parques de Bucaramanga
Gilberto Camargo Amorocho
Nuestros parques son un aporte natural a la ciudad. A finales del siglo XIX llega de Europa la idea como parte del ornato urbano y como destino de encuentro y esparcimiento. El parque es un equipamiento que hace parte de la ciudad y pobladores, y a través del tiempo es parte de su inventario cultural e histórico.
En el caso de Bucaramanga su construcción también buscó resaltar a sus héroes y fechas patrias. Según investigación de José del Carmen Rivera, desde 1890 se comenzó el parque Custodio García Rovira, rindiéndose un homenaje a este hombre nacido en la carrera 9 con calle 35 y gran protagonista en la lucha libertadora.
Igual el parque Centenario, en 1892 antes llamado Don Reyes González, personaje que lo construyó. Su nombre actual fue modificado en 1910 y resalta la celebración de los 100 años del grito de Independencia.
En 1897 se construyó el Parque Romero en memoria de Francisco Romero, sacerdote pionero del sembrado de café. Luego en 1909 el parque de Los Niños, simultáneamente aparece la Plaza Belén que por Acuerdo Municipal de 1914 se comenzó a llamar parque Santander, en homenaje a otro líder histórico.
En 1927, paralelo al nacimiento del barrio, se inaugura el parque de La Concordia, en 1928 el parque de La Concepción del barrio Girardot y el parque Waterloo, más tarde denominado Antonia Santos, otra heroína.
En 1930 al cumplirse 100 años de la muerte del Libertador fue inaugurado el Parque Bolívar. A finales de la década del treinta se inauguran los parques de San Francisco y Cristo Rey, del primero vale recordar que el diseño comprendía como zonas verdes además de la rotonda actual todas las manzanas que la rodean, por cuestiones de gerencia pública se privatizaron esos predios.
En la década del 50 se construyeron los parques Guillermo Sorzano González conocido como San Pío, el parque Benjamín Herrera, en honor al héroe de la batalla de Palonegro y al frente el parque Gabriel Turbay, por el líder político de los años 40.