¿Quién manda en las obras públicas?
Gilberto Camargo Amorocho
Hace poco tuvimos oportunidad de tener una interactividad con las obras de andenes de la Avenida Quebrada Seca, debido a que los propietarios no fueron tenidos en cuenta en la socialización de la obra. Casi sin avisar se dio comienzo, no hubo tiempo para un plan de contingencia. Hubo el caso de hoteles, en el que el ingreso de pasajeros quedó totalmente bloqueado, además las obras desmejoraron algunas casas y edificios, al modificar fachadas, alterar la armonía del paisaje y violar la circulación de accesos para los minusválidos.
Esto generó un descontento comunitario y además los diseños de obra fueron impuestos y no producto de una concertación, contradiciendo las palabras del señor Alcalde en su Plan de Desarrollo: “Entre todos y todas, haremos posible construir la ciudad que soñamos y merecemos, donde la gente y un mejor medio ambiente se constituyan en la imagen de una ciudad sostenible.”
También se violó la normatividad sobre el Control Ciudadano. Los diálogos y acuerdos con los supervisores no fueron acatados por los contratistas o a la alcaldía se le olvidó que era autoridad. Esta experiencia demuestra que se hace administración de obras por fuera del marco legal vigente y que la participación ciudadana en este periodo de la administración municipal no existe.
Como recomendación al señor alcalde solicitamos se reconsidere la forma como se organizan las obras públicas. En el caso de estas en mención, deben suspenderse, hasta que la comunidad sea oída, se entienda que la ciudad la constituyen sus habitantes, además se modifique el reglamento de saber escoger contratistas, exigiéndoles más socialidad, tolerancia y ser constructores de ciudadanía.
Es claro, se requiere un liderazgo municipal abierto, tolerante, que comprenda y solucione problemas, que construya visiones, que motive movilizaciones, que coordine acciones, que fomente el control social, que entienda que hacer capital social es tener la capacidad de acción colectiva que construya sobre la base de la confianza, normas de reciprocidad y compromiso cívico.