¿Quién ganó y quién perdió?
Como siempre los grandes perdedores en todo el desbarajuste que se vive con Metrolínea fueron los miles de usuarios que esta semana debieron soportar las más grandes incomodidades, abusos y atropellos ante la falta del servicio.
Si algo le faltaba al sistema para que más ciudadanos se sintieran inconformes era que no hubiera buses y fue justamente lo que pasó entre lunes y miércoles.
El panorama en las estaciones y paradas era desalentador. En algunas no cabía la gente esperando su tal vez único medio de transporte; mientras en otras la desolación reinaba ante la incertidumbre de que pasara el bus.
Lo que se vivió fue un verdadero abuso por parte de quienes tienen en sus manos el manejo de la movilización masiva de personas, llámese Metrolínea u operadores.
Unos dicen que no es su responsabilidad el estado financiero de las empresas que operan el sistema, mientras los otros señalan que están quebrados y que no tienen ni para la gasolina.
En los corrillos de las oficinas públicas se señala a los transportadores de querer recibir ingresos tanto por el sistema como por el transporte tradicional, mientras que éstos se defienden diciendo que financieramente están mal.
Lo cierto es que el gobierno debe ponerle control a esta situación y evitar que se salga de las manos un hecho que puede con el tiempo convertirse en presión constante a costa del padecimiento de miles de usuarios que deben seguir soportando un deficiente servicio.
Y ahora lo que faltaba: abusadores subidos en los pocos buses a manosear a indefensas mujeres. En todo este despelote los grandes beneficiados fueron los piratas que siguen circulando por las calles sin Dios ni ley.