Y los peatones caminando por las calles
GENTE DE CABECERA
Daniel Quintero
Cuando se ingresa a Bucaramanga, es impactante leer en las vallas publicitarias de la ciudad, letreros como: ‘Bucaramanga ciudad Sostenible’ o ‘Bucaramanga Ciudad Bonita’ y muchos otros eslogan que venden la idea de estar en una metrópoli con un urbanismo moderno. Pero a medida que el turista o visitante ingresa a la ciudad y especialmente a los sectores comerciales y residenciales de gran significación como Cabecera del Llano, donde se encuentran enclavados altos edificios a semejanza de ciudades europeas y americanas, con un comercio selecto, se transforma la alegría en incomodidad.
El peatón se ve obligado a bajarse a la calle por carecer de espacio para transitar exponiéndose a que una moto, bus o taxi lo atropelle, todo porque en este urbanismo con planeación del siglo pasado se sigue privilegiando a los vehículos.
Esto le quita al ciudadano el derecho de transitar cómodamente por los andenes que se caracterizan por tener un metro de ancho con amplias bahías para los automotores que al parquear invaden el espacio público.
Este diseño urbanístico genera graves consecuencias para la salud física y mental de los habitantes.
Sin duda origina conductas agresivas hacia los dueños de los vehículos, autoridades de tránsito, Planeación Municipal y propietarios de almacenes que con su permisividad y silencio ayudan a generar este caos en la ciudad.
Como educador y escritor solo quiero colaborar con esta reflexión con el propósito de establecer un pacto ciudadano de convivencia y alerta a las instituciones de control.
Para ello se requiere eliminar de una vez, sin más dilación, las bahías vehiculares y así ampliar el espacio de los andenes como zonas peatonales.
Se requiere establecer acuerdos con las empresas constructoras para el diseño y ejecución de ‘edificios de parqueaderos’ y fomentar su utilización.
En la medida que lleguemos a esta solución se avanzará hacia la soñada ciudad moderna y sostenible.