Las trampas en el piso
Editor Gente De Cabecera ([email protected])
Una y mil veces se ha denunciado en los medios de comunicación el problema del robo de tapas de alcantarilla.
Es una situación que se vive en muchas ciudades del país y que la palpamos en nuestro entorno más cercano, en nuestras propias calles, al frente de nuestras casas, sitios de trabajo, colegios, etc.
Se trata de un problema que ha llevado a cientos de personas ha sufrir graves lesiones, en algunos casos con consecuencias irreversibles.
Sin embargo, nada se ha hecho por corregir esta situación.
Quitar una tapa a una alcantarilla es como poner una bala en un revólver y disparar a ver a quién le cae. Nadie está exento de ser víctima de tan reprochable actitud.
Pero tal parece que ni las autoridades, ni la justicia ni parte de la comunidad nos conmovemos ante esto. Solo cuando nos toca sufrir las consecuencias reaccionamos.
Es tan culpable quien se roba las tapas como quien las compra. Por eso, es deber de la autoridad castigar ejemplarmente estos hechos, tanto a quien hurta como a quienes adquieren estos productos (que las propias autoridades saben quiénes son y dónde están).
De otra parte es obligación de los entes gubernamentales buscar alternativas para acabar con este negocio, y plantear soluciones para que las tapas no sean atractivas para los ladrones, bien sea utilizando otro material o poniendo seguros en los lugares donde se disponen.
Finalmente, como ciudadanos debemos estar muy atentos y velar por el cuidado de nuestros bienes públicos denunciado inmediatamente a quienes sean sorprendidos llevándose estos elementos que pueden convertirse en trampas mortales dentro de la ciudad.