La ética en administrar el tránsito
Por Gilberto Camargo Amorocho
La ética a la hora de hablar de movilidad es una tarea que le corresponde coordinar a las direcciones de tránsito, en el caso de Bucaramanga, la misión institucional dice “La Dirección de Tránsito de Bucaramanga es una entidad descentralizada del orden municipal, encaminada al registro, planeamiento y control del tránsito terrestre automotor, a promocionar la cultura ciudadana y la preservación del medio ambiente, con la finalidad de garantizar una movilidad ágil y segura”.
Entre los objetivos están: “Aumentar la satisfacción de los ciudadanos, mejorar continuamente los procesos de la entidad, gestionar de forma eficaz, eficiente y efectiva los servicios misionales que ofrece la entidad, aumentar las competencias del recurso humano, fomentar el compromiso institucional permanente y suministrar los recursos necesarios para el mejoramiento continuo de los procesos de la entidad”.
A estos le agregaría hacer de la ciudad como un cuerpo funcionando armónicamente en su movilidad.
En esta parte sí recomendaría a su director velar por hacer las respectivas autoevaluaciones, en especial aquella donde se debe conocer la manera como muchos miembros de su personal policial ven la ciudad.
Observé en el retén que siempre montan en la carrera 36 cerca al parque Guillermo Sorzano González al personal autorizado que estaba plenamente dedicado a parar vehículos y hacer comparendos y unos pasos adelante en la calle 45 había un trancón inmenso, pues los semáforos estaban apagados y a los agentes poco o nada les importaba.
Aquí vale la recomendación de aplicar en el terreno la misión y objetivos. Si en la ciudad están fallando los semáforos, inmediatamente se suspende el retén y se da prelación a imponer el orden.
Igual debe haber coherencia entre hacer cumplir obligaciones a los conductores y tener la infraestructura de tránsito en buen estado como semáforos, señales de piso bien pintadas, avisos luminosos en lugares indicados, podar árboles etc.