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¿Qué pasa?

Palomas muertas vuelven a aterrar a Cabecera

 

Las palomas fueron retiradas por uniformados de la Policía Ambiental.

La cifra es alarmante: 149. Estas fueron las palomas que el martes 20 de agosto en la mañana amanecieron muertas en el parque Los Sarrapios.

El escandaloso caso hizo que los vecinos del sector recordaran la mañana del 30 de diciembre de 2009 cuando un abuelito que sacaba a su mascota a pasear hacia las 6:30 a. m. encontrara 25 palomas muertas.

En esta ocasión las aves grandes grises, blancas y tortolitas (cafés y pequeñas) multiplicaban por seis la cifra del episodio pasado.

Una de las primeras personas en dar fe del hecho fue Luz Marina Rojas, la mujer que cumple las funciones de limpieza del parque.

A su llegada luego del lunes festivo encontró en varios puntos las palomas muertas. Su sorpresa fue la misma de los policías auxiliares que vigilan el sitio y con quienes llamaron a la unidad de Policía Ambiental para que se hicieran cargo del caso.

Hacia las 9 a. m. eran 37 las palomas muertas, sin embargo el número aumentó después de las 10:30 a. m. cuando, como gotas de lluvia, empezaron a caer más.

En medio de su agonía algunas aves alcanzaban a llegar a los árboles pero no podían mantenerse en pie… y se desplomaban.

“Uno en el parque escucha de todo: a los que odian terriblemente a las palomas y dicen que son dañinas y que dejan sus heces en todas partes, y a los que las quieren mucho y les dan comida. Pero eso no le quita que sea un crimen, así es que puedo decirle a esto porque no tiene otro nombre. Las palomitas no le hacen daño a nadie y al contrario alegran el parque. Aquí traen a muchos niños a jugar y se entretienen mucho con las palomas… fue muy triste ver esto”, dijo la parquera.

Las ‘cuidanderas’

Marta Cecilia Gómez nos envió esta fotografía del vuelo de las palomas en el parque, un atractivo además para grandes y chicos.

Con solo sentir su presencia las palomas ya reconocen a Luz Marina de Zárate y a Nancy Esperanza Lemus.

El instinto y amor por los animales ha hecho que estas dos mujeres sean reconocidas y admiradas por alimentar estas aves.

Lo han hecho durante varios años y afirman que seguirán firmes a pesar de este lamentable caso.

“No salimos del asombro y la tristeza, aún estamos desconsoladas. Esto nos hace estar más pendientes de las palomas y de darles de comer, así mucha gente nos critique y se oponga a esto que hacemos todos los días ¡cómo puede haber gente mala y tener la valentía de matar animalitos! Sabemos que esto está en investigación y esperamos que los resultados sean pronto, pues aunque después de eso las seguimos alimentando, hay que decir que son menos, se nota que son menos, sobre todo las pequeñitas. Yo creo que ante este caso y también buscando la seguridad de todos, deberían pensar las autoridades en instalar cámaras de seguridad en el parque, sería una buena opción de prevención”, señaló Nancy.

No hay resultados aún

El diciembre de 2009 ocurrió también un envenenamiento masivo de palomas en el parque Los Sarrapios

El intendente Alexander Aguilar, de la Policía Ambiental y quien hizo parte del equipo que las recogió, informó que hasta el momento (jueves en la tarde) no estaba listo el resultado de las pruebas de toxicología.

Precisó que estas fueron enviadas a la Secretaría de Salud y a Zoonosis y que el dictamen servirá para saber qué sustancia se usó y por qué se provocó la muerte masiva de palomas.

“Tenemos una hipótesis de envenenamiento, pues todo señala eso, además es un caso similar al que ocurrió hace tres años y en el mismo parque, al parecer por personas que no están de acuerdo con que las palomas tengan su hábitat en la zona.

Aunque es un proceso que se investiga, de llegar a encontrarse el culpable se podría judicializar porque está atentando no solo contra los animales, sino contra el bienestar social, pues un niño que juegue en el parque puede recoger, en medio de su ingenuidad, algo del piso y echárselo a la boca, y ocasionar así su muerte”, señaló el intendente.

Asimismo extendió la invitación a la comunidad a denunciar cuando vea a personas extrañas alimentando a las palomas, pues solo hay dos personas reconocidas en el barrio para hacer estas labores.