La fuente de la discordia
Fabio Peña / Editor de Gente de Cabecera
Un gran revuelo ha causado entre la comunidad el uso que se le está dando al parque de Neomundo, donde la administración municipal adecuó una pileta y algunos chorros de agua.
Este espacio fue pensado como una alternativa para el disfrute de la comunidad, al igual que lo es cualquier otro parque de la ciudad.
Sin embargo, se ha desatado una polémica entre muchos residentes y visitantes de la zona que consideran que quienes allí se bañan y juegan con el agua, lo están convirtiendo en un balneario público.
Expresiones de todo tipo se han escuchado en torno a este hecho y Gente ha decidido abrir sus páginas para que la comunidad debata el tema y plantee soluciones.
La polémica es bien interesante y válida si se tiene en cuenta que la ciudad no tiene suficientes sitios de distracción para la comunidad. Asimismo, es válido también pensar que el parque no se puede convertir en un lugar donde proliferen las ventas ambulantes y el desorden.
En países europeos existen lugares similares que son usados como zonas refrescantes en épocas de verano y a los cuales acuden personas de diferentes clases sociales. Lo mismo pasa en Medellín.
Sin embargo, en nuestra ciudad no sabemos qué hacer, se volvió un asunto polémico.
Si lo analizamos desde el punto de vista de igualdad y recreación, no cabe duda que el parque está cumpliendo una función importante. Pero si analizamos las consecuencias que para el entorno tiene y la posible invasión de ventas ambulantes, a la par del desaseo que se pueda generar y los problemas de salubridad que esto traería, habría que señalar que es deber de las autoridades hacer pedagogía al respecto e instruir a la ciudadanía sobre el uso adecuado del lugar.