Ese hueco no es mío
¿Quién tiene que tapar los huecos, zanjas y desperfectos que se presentan en vías como la autopista, la calle 45 o el anillo vial?
Resulta que desde hace algún tiempo estas importantes arterias viales presentan imperfecciones que las hacen peligrosas para conductores y peatones.
¿La razón? Abundan los baches, los desniveles y hasta las alcantarillas sin tapa que deben ser esquivadas con gran habilidad de los choferes de autos, buses, camiones y motos, estos últimos, con altas posibilidades de accidentarse.
Después de eludir el hueco o caer en él, normalmente se empiezan a buscar culpables y siempre, por desconocimiento o por tradición, se enfilan baterías hacia la administración de turno.
Los alcaldes del área metropolitana han sido castigados duramente por la crítica debido a la falta de mantenimiento de estas vías. Sin embargo, no siempre son las administraciones municipales las encargadas de responder por estos daños sino entidades del orden nacional que tienen bajo su cuidado el arreglo y conservación de estos tramos.
Cabe preguntarse entonces ¿dónde están esas entidades?
El mal estado de algunos sectores de la autopista es evidente, igual sucede con la proliferación de huecos en las paralelas entre Provenza y Cañaveral, así como algunas zonas del anillo vial.
Falta de señalización y de reparcheo convierten a estas vías en circuitos fatales que por no ser atendidos a tiempo terminan siendo caldo de cultivo para demandas contra el Estado.
¿No es deber de las autoridades preservar el estado de las vías y de las vidas de los usuarios y de paso evitarse cuantiosas demandas?