Parques limpios gracias a ellas

Aseados y con ganas de disfrutarlos. Así permanecen desde hace un  mes los parques del sector luego de la puesta en marcha del plan de Recuperación de Parques liderado por la Alcaldía de Bucaramanga, el Área  Metropolitana de Bucaramanga y asociaciones de recicladores.

Aunque ha sido una propuesta aplaudida por la ciudadanía que poco o nada sabe sobre quién los mantiene así, la belleza que hoy se aprecia en estos espacios tiene un toque curiosos y especial: el trabajo es hecho por mujeres.

Sí, por lo menos en la mayoría de los parques de la comuna 12, quienes usan el rastrillo, la bolsa, los guantes y la escoba son mujeres valientes y trabajadoras.

Sus labores inician de 7 a. m. a 12 m. tienen dos horas para descansar y nuevamente retoman labores hasta las 5 p.m. y tienen descanso un día a la semana.

La mayoría vive en barrios lejanos por lo que madrugan a dejar sus hijos listos para el colegio, a preparar su almuerzo y empacarlo para llevarlo a su jornada.

Bajo el calor que soportan durante 8 horas laborales, estas mujeres nos contaron un poco de su vida, de su labor diaria y del comportamiento de quienes a diario visitan estas zonas de sano esparcimiento.

Conucos

Yolanda Rojas Díaz está en este parque gracias al convenio de la Alcaldía de Bucaramanga con la cooperativa Bello Renacer.

Tiene 46 años y dos hijos y antes de llegar aquí trabajaba en restaurantes.

Sus dos horas de descanso del medio día los aprovecha para descansar en el parque, donde almuerza.

“Pero no importa el horario porque si se ensucia el parque hay que volver a limpiar, de eso se trata mi trabajo. Es que tenemos que volver a ser la Ciudad de los Parques como sea”, dijo.

 

Las Palmas

A sus 21 años Gyana Paola Perilla Urrego es hoy una de las parqueras más jóvenes de la ciudad.

Fue también una de las beneficiadas del convenio de la Alcaldía con Bello Renacer.

La joven, además de recibir piropos por su notable belleza, toma con orgullo los buenos comentarios que la gente le hace por su buen trabajo.

“Otros se sorprenden porque soy joven trabajando en esto, pero no pasa nada. Aquí el único problema es en la noche que dejan basura y olores de orines, pero en el día se trata de mantener todo limpio”, dice esta joven madre de familia.

Gyna descansa los martes y agradece al edificio Tempo donde guarda sus implementos de trabajo.

 

Los Sarrapios

Luz Marina Rojas tiene 49 años y en sus ojos y gestos se le nota el gusto que tiene por su trabajo.

“Tenemos trabajo gracias a Dios y pues mantenemos el parque limpio. Además podemos mediante esto educar a la gente para que lo mantenga limpio y le recojan los desechos a sus mascotas”, comentó esta mujer quien vive en el kilómetro 5 vía a Cúcuta.

La felicitan por darle una nueva cara a este parque invadido hace más de un mes por tierra y hojas secas que los sarrapios constantemente sueltan.

Luego de consumir el almuerzo que trae desde su casa (en la mañana) descansa en un pequeño espacio que la administración del edificio Olimpus le presta para descansar y guardar sus herramientas de trabajo.

 

San Pío

A Érika Marcela Jaimes Prada le ha ido tan bien en su labor como parquera que en ocasiones se ha encontrado con personas que luego de felicitarla le regalan “para la gaseosa”.

Esta joven de 20 años ve con buenos ojos el avance de vecinos del sector que se preocupan por no botar basuras al piso, sin embargo advierte que aún quedan algunos faltos de cultura ciudadana.

“A veces cuando uno le pide el favor a la gente que recoja el ‘popó’ de su mascota y se le pasa una bolsa para que lo haga responden grosero diciendo que para qué, que para eso estoy yo y que ese es mi oficio. No me queda de más que recogerlo. Pero no todo mundo es así, también hay gente decente aquí”, describió la joven residente de Los Colorados, sitio bastante alejado de la ciudad que no le permite ir hasta la casa a almorzar.

 

Coomeva – Los Olivos

Gladys Ardila es la mujer encargada de mantener la cara amable del parque contiguo a la funeraria Los Olivos y al de Coomeva, ubicado en la carrera 33 con calle 54, sentido norte-sur.

Además de amar su trabajo, esta exvendedora ambulante hoy espera que le entreguen más árboles para plantar en estos sitios, pues la invasión de comidas que algún día hubo allí deterioró el prado y algunas otras plantas (en el de la carrera 31).

 

 Terrazas

Todos los días Blanca Nubia Peña Sandoval llega primero al CAI Terrazas, saluda a los policías y saca sus herramientas de trabajo.

Su jornada la dedica a barrer, regar plantas florales, recoger hojas secas y basuras del rededor del CAI Terrazas, de la parroquia del Espíritu Santo y de la glorieta de este punto de la avenida El Jardín.

Mientras espera su dotación, Blanca trae bolsas plásticas de su casa y se las entrega a los dueños de mascotas que por olvido (o pereza) no llevan cuando sacan a sus animales a caminar y a hacer deposiciones.

“Unos se ríen, otros la recogen sin problemas pero también hay unos que se les da mal genio y se hacen los sordos”, comentó al respecto.

 

San José María Escrivá

Mientras trabaja, Angélica María Rueda Román no deja de recibir elogios por su trabajo.

“Me gusta mucho lo que hago porque es poner el granito de arenas para que la ciudad se vea linda. Además es bueno hacerlo en un barrio en el que la gente es muy educada. Las personas me felicitan porque siempre ven el parque limpio y los que sacan los perros a pasear siempre llevan su bolsa para recoger los excrementos, son gente decente”, comentó la mujer de 34 años, residente de uno de los barrios ubicados al norte de Bucaramanga.

“Agradezco a la señora Cecilia y a Esperanza, de este sector porque me tratan bien y me ofrecen su ayuda. También al edificio Helio que me dejan guardar mis herramientas de trabajo”, dijo.