El llamado a los constructores
El auge de la construcción que vive el área metropolitana es desde todo de punto de vista positivo para la ciudad y su gente.
Nuevos edificios residenciales, centros comerciales y clínicas se levantan por doquier, generando empleo y trayendo desarrollo a la región.
Sin embargo, como en toda obra o proyecto, se presentan algunos inconvenientes inherentes a la ejecución de estos que en ocasiones causan traumatismo y molestias a la comunidad y que bien merecen ser tenidos en cuenta por los constructores.
El deterioro de las vías aledañas, los horarios extendidos de trabajo que interrumpen la tranquilidad, así como la caída de escombros sobre peatones, vehículos y residencias vecinas, han sido durante los últimos meses un común denominador.
Las quejas de la comunidad reseñadas por este medio son permanentes. Incluso el alcalde de Floridablanca, Néstor Díaz Barrera, les jaló las orejas a los constructores y les pidió que le arreglaran las vías que han sido dañadas por sus proyectos.
Son reclamaciones justas de una ciudadanía que ve con agrado el crecimiento de la ciudad, pero que reclama mayor cuidado y respeto hacia los bienes públicos y privados, así como hacia su integridad y derecho al descanso en horas nocturnas y fines de semana.
Nadie o casi nadie sabe con certeza qué, cómo y quién controla la ejecución de proyectos de construcción en la ciudad ni ante quién quejarse en caso de sentirse afectado.
Es cuestión de tomar correctivos, en ocasiones sencillos, para que nuestro desarrollo siga su curso sin tanta afectación al vecindario.