“Hacer reír no es fácil”: Germán Castellanos
“German, sin tilde en la A, porque es que siempre me ponen la tilde y yo soy sin tilde”.
Valga la aclaración que hace German Alberto Castellanos Correa al iniciar una conversación sobre su ocupación como comediante.
German Castellanos, así se da a conocer este bumangués de 32 años y graduado en ingeniería de sistemas de la UIS.
Pero ¿Qué tienen que ver los números y la programación de cómputo con hacer reír a la gente?
“Nada, yo solo quería terminar mi carrera y empezar en esto de la comedia como profesional, graduado, no importa en lo que fuera pero graduado”, respondió.
En diálogo con Gente de Cabecera German contó cómo se inició en la comedia, cómo llegó a participar en Comediante de la Noche, de RCN y por qué fue invitado especial la noche final de los Premios Hétores.
¿Cómo empezó el cuento de la comedia?
“Siempre hacía reír a mis amigos y sentí que podía ser capaz de hacer reír a un grupo diferente, que no conociera. Entonces en Clocks, un bar que había antes en Cabecera, me presenté. ¡Me fue ‘remal’, pues a mí no me gustó! Le ofrecí al dueño un show de comedia, se vendieron las 100 boletas para llenar el sitio y le gustó tanto que lo empezamos a hacer seguido”.
¿Hace cuánto fue esto?
“Cuatro años, ya en mayo de este año cumplo cuatro. Tenía 29 años, un poco tarde pero ahí fue cuando encontré mi pasión por algo”.
¿Es diferente entonces el público desconocido a un grupo de amigos a la hora de hacer reír?
“Claro, yo era muy chistoso y de pronto pararme allá era otro cuento. De una hora que duró el show, los primeros 15 minutos no logré ni una risa. Así descubrí que amigos y familia es el público más difícil. Uno llega creyéndose mucho pero resulta que el que es el payaso con los amigos no es que sea muy bueno para el stand up comedy, a esto hay que tenerle respeto”.
¿Cómo se prepara un comediante?
“Hay un par de libros (sobre todo en inglés) de una comediante que da charlas por todo el mundo, se llama Judy Carter. Ella enseña la técnica y estructura de un show. Todo parte de una idea que uno anota en un celular o una libreta y con base en esa idea uno coge esa teoría que ha estudiado y lo desarrolla. Aquí se podría aprender yendo a Bogotá y tomando clases con Iván Marín y Gonzalo Valderrama”.
¿Hay público en Bucaramanga para la comedia?
“¡Sí hay! Hay público pero estamos en ese proceso de abrirlo”
¿Es esto lo que se hace en Ringos?
“Junto a Henry Delgado abrimos un espacio los miércoles en la noche en el restaurante Ringos. Es un laboratorio de comedia porque allí hay hemos descubierto chinos y mujeres interesados en la comedia, que se prueban enfrentando a un público. Es laboratorio para ellos y para nosotros porque probamos rutinas, pues uno puede tener una buena idea pero no sabe si funciona hasta que la bote al público y este se totee de la risa. Ya llevamos cuatro meses y es como la ‘Casa de Comediantes’ pues cada mes y medio (más o menos) traemos invitados nacionales, ya por ejemplo han estado ahí Pablo Hernández, Frank Martínez y el maestro Gonzalo Valderrama”.
¿Hay mujeres en Bucaramanga interesadas en la comedia?
“Sí, hay un par de niñas que no tienen todavía 17 años pero hacen la vaina muy bien. En Bogotá hay una muchacha que se llama Flor Sanabria y le ha ido bien, ella ya vino a Bucaramanga a presentarse”.
¿Cómo llegó a presentarse en Comediantes de la Noche, de RCN?
“Hubo una convocatoria en 2011 y ahí Henry Delgado y yo quedamos ganadores por Bucaramanga. Nos llevaron de invitados y nos dio un estatus frente a otros comediantes del país. Sobresalir es muy difícil pero las presentaciones en bares aquí dan mucho nivel y esto ha servido para estar ya en otra temporada, es decir, con Henry hemos sido los únicos santandereanos que han llegado a ese programa. Por eso es que le decimos a la gente que lo que va a ver en Ringos es de calidad, es talento que se ha mostrado a nivel nacional”.
¿El acento santandereano ha inferido en algo?
“Ja ja ja, es mi ‘As bajo la manga’… no mentiras, es mi ‘As sobre la mesa’ más bien, es mi valor agregado. Algún día alguien me dijo que debía neutralizar el acento pero luego los ‘duros’ de esto me dijeron que no podía hacer eso porque era como ‘venderle el alma al diablo’. Donde me he presentado el acento es ese toque cómico de más… quién lo creyera, termina siendo un fuerte. Además soy así, no tengo por qué cambiarlo, yo soy super santandereano y en las rutinas se nota”.
¿De qué manera llegó a los Premios Hétores?
“Se llaman así porque son como una parodia de los Premios Oscar, entonces se hacen parodias audiovisuales, con doblajes de voces. El año pasado salió un concurso de stand up comedy y el participante debía enviar un video. Lo mandé y fui seleccionado para concursar en la final, en Medellín. Gané y me dieron el derecho de presentarme en la ceremonia final. Allí tuve 15 minutos para hablar carreta. Es mucho tiempo como oportunidad para mostrarme, además porque en primera fila estaban Alejandra Azcárate, Antonio Sanín, Diego Trujillo, Pirry, Hernán Peláez, Suso, Diego Camargo… mucha farándula y duros de lo s medios. Cuando terminé saludé a los que me interesaba conocer (del medio de la comedia) y me dijeron: “felicitaciones, bacano, tiene cosas chéveres”.
¿Qué aspiraciones tiene como comediante?
“Me gustaría llegar a 80 años haciendo stand en escenario, pero no cierro la posibilidad de trabajar en radio y televisión. El sueño en algún momento es tener nuestro propio programa de televisión, de entrevistas; posicionar mi nombre en la comedia colombiana e ir de gira por el país. También ser parte de la nómina oficial de Comediantes de la Noche, porque es difícil entrar ahí. Por ahora firmé contrato con la Agencia Central de Comedia, con Iván Marín y espero este año tener varias invitaciones”.
¿Se nace con este talento de hacer reír a los demás?
“Yo creo que se nace con cierta chispa elemental para agradar a las personas y caer bien, pero de resto o sea el 90% se puede aprender enfrentándose a un público y aprendiendo día a día”.
¿En el colegio hizo presentaciones de este tipo?
“No. En el conjunto donde vivía tenía varios amigos cansones e inmamables, pero muy sano. Y en la universidad seguía cada uno en lo suyo. Sí me decían siempre: “German eche un chiste” y al principio ‘mamaba gallo’ pero ya en tercer semestre (en la universidad) me empecé a cansar de ser el payaso, me ponía bravísimo porque sentía que ya me faltaban al respeto y se aprovechaban de eso”.
En Twitter: @gacastellanos
En Facebook: www.facebook.com/german.a.correa.7
En la web: www.agenciacentraldecomedia.com
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