Carmen de Camacho, “una vieja moderna”
Mira modelos de ropa nuevos y no vacila en ir hasta los centros comerciales de Cabecera para comprar telas, mandarlos a hacer idénticos y añadirle accesorios para ser una ‘abuela a la moda’.
Esa es Carmen Mantilla de Camacho Mutis, quien todas las mañanas le da gracias a Dios por sus 95 años de vida.
Su nombre, que resuena más como Carmencita de Camacho, está guardado en la memoria educativa de la ciudad y en las medallas que reposan en su tocador. En ellas están grabados los méritos por su trabajo con niños sordos durante 40 años.
Su vida como maestra inició a los 18 años, cuando apenas se graduaba de la Escuela Normal Superior de Bucaramanga.
Fue rectora del docente y rectora del colegio Antonia Santos hasta que de la Gobernación de Santander la llamaron para que fuera la directora de un centro de educación para niños sordos que al poco tiempo tomó por nombre ‘Centrabilitar’.
Esa fue la institución de su vida, a la que con amor y dedicación le entregó sus fuerzas.
“Quise y quiero a los niños sordos, fueron mi vida y me duele que luego de retirarme del magisterio se acabara el centro, al que tantas ganas le pusimos desde los inicios al lado de varias colaboradoras”, dijo Carmencita, quien en total estuvo 77 años en la docencia.
En los días actuales
Esta mujer nacida en Matanza en 1917 es hoy una alegre pensionada. Disfruta de los mejores ratos acompañada de sus amigas con quienes se reúnen a jugar cartas en el Club del Comercio.
Esa es la ocupación de sus tardes y todas las tardes cambia el grupo de amigas.
“Todas son queridas, hermosas y muy bellas amigas. Jugamos canasta, burako y otros juegos y los fines de semana voy a donde una familiar en Lagos del Cacique donde también jugamos. Otros días voy a un costurero con unas señoras con las que conversamos. Pienso que ese es el éxito de llegar a esta edad, de servir a los demás y de distraer la mente jugando”, mencionó Carmencita quien de todos los grupos de amigas es la mayor.
Esa es una de las cualidades de esta bella mujer de voz pausada y clara, la moda.
Su afición por lucir siempre elegante y actualizada la llevó hace 10 años a hacer sus propios collares.
Un día se dijo “voy a mirar si soy capaz de hacerlo… ja ja ja” y lo hizo, tanto que hasta le enseña a sus amigas.
Desde entonces ha hecho muchos para ella, para regalar, pero nunca ha vendido.
En sus majestuosas fiestas de cumpleaños pone en la mesa un collar y se rifa entre las amigas que se sienten allí.
Su vida es muy tranquila y eso se refleja en su hablar, en su manera de ver la vejez y en la buena vida que le dieron sus 43 años de matrimonio con Roberto Camacho Mutis.
“Solo la muerte pudo separarnos, como nos dijo el Padre del día del matrimonio en Matanza. Quedé viuda y así me mantuve porque me dediqué de lleno al trabajo con los niños. Pero solo fue amor, nada más. Por eso les digo a quienes le apuestan a esta hermosa experiencia de casarse que lo hagan por amor y nada más, porque la plata se acaba. Que siempre asuman las dificultades con madurez y sin contárselas a la familia, pues uno se contenta y entre ellos quedan recelos. Y sobre todo creer siempre que el esposo de uno es el mejor. Mi esposo se tomaba sus tragos de vez en cuando y le gustaba la rumba, pero nunca me faltó y siempre lo amé porque pensaba que era el mejor, aunque con sus defectos”.
Aunque la vida no le dio la oportunidad de tener hijos, hay una persona que con su amor y cariño la ha hecho sentir siempre como una madre: su sobrina Juliana Torres, quien además se encarga de celebrar por lo alto los cumpleaños de Carmencita.
Medallero
Con modestia y sencillez caminó hasta su habitación y sacó de una caja negra sus tesoros: varias medallas.
‘Ciudadano Meritorio de la Gobernación de Santander’ dice uno de los metales entregado hace apenas 10 años cuando aún laboraba –con 85 años- en Centrohabilitar.
Otra que al tenerla en sus manos evoca sus años de incansable labor educativa es la Medalla Cívica Camilo Torres, entregada en 1948 y como ‘Homenaje de la República a los Educadores más Meritorios’.
Tiene otras que exaltaron su labor como docente del Antonia Santos y del centro para niños sordos, y otra importante, la que la destacaba como la Mujer del Año por Woman’s Club.
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Yo trabaje para Centrabilitar y no hay mujer mas trabajadora y que logra lo que quiere como Carmencita de Camacho. Me acuerdo estar escuchandola en la alcaldia defendiendo a sus ninos sordos.
Larga vida para Carmencita de Camacho
SRA. CARMEN
DESDE VENEZUELA FELICITACIONES POR TANTOS ÉXITOS ALCANZADOS .QUE DIOS LE DÉ MUCHOS AÑOS MAS DE VIDA Y QUE SE SIGA CONSERVANDO CON ESA ELEGANCIA Y PULCRITUD .ABRAZOS DE UNA BUMANGUESA .