Los gatos llegaron a la vida de Norma Pradilla
Un domingo lluvioso de 1998, mientras estaba en su casa haciendo oficio escuchó un maullido. Era en el garaje. Tomó una taza con leche y se la llevó. La entró a la casa y dejó la puerta abierta para que saliera cuando quisiera… pero nunca se fue, se quedó con ella 12 años.
Ese día Norma Constanza Pradilla empezó a entender que su llegada a este mundo era para algo más relevante que estudiar y estudiar.
“Soy ingeniera industrial y he estudiado mucho, tengo muchas especializaciones, pero eso no me llena tanto como cuidar a los gatos”, dijo.
Reina, como se llamaba aquella felina ‘bebé’ que llegó a su vida recién se independizaba de su casa, tuvo tres camadas de gatos que fue dando en adopción poco a poco. De esas descendencias le quedan Candy y Princesa que ya tienen 12 años de acompañarla día y noche.
Pero el número de consentidos crecería cuando un amigo le comentó que su gata había tenido hijitos y que los iban a botar a la calle.
“Me los dio y me quedé con ellos. Así empecé a verlos en la calle enfermos, acabados y abandonados y los recogía hasta tener 35…”
Luego conoció a un grupo de personas que tenía unos gatos en Bucarica, al lado de la estación de bomberos. Allá les dábamos alimento y cada vez que encontrábamos más en la calle abandonados los llevábamos allá pues había veterinarios que nos ayudaban a curarlos y luego los dábamos en adopción.
Pero el 31 de agosto de 2008 aparecieron las primeras dificultades: el alcalde de Floridablanca de ese momento decidió sacar los gatos que estaban en Bucarica por varias razones.
La que más peso tenía era el miedo que dejó en el país la noticia que en Santander de Quilichao (Cauca) un niño había muerto por mordedura de animal contagiado de rabia.
“Los padres de familia del colegio vecino se alborotaron, se armó un problema grande y el alcalde los llevó a una finca en El Mortiño, kilómetro 2 vía a Cúcuta, un sitio horrible y helado. Se aprobó un presupuesto inmenso para construir el albergue y se incluyó plata para veterinarios, arquitectos e ingenieros, todo para hacer un lugar no adecuado para gatos, tal vez les faltó asesoría. Los gatos si pueden brincan y se salen y les pusieron malla, como para perros, de 2 metros de altura y se salían fácilmente. A los gatos los llevaron en carros de la empresa de aseo de Floridablanca y encontramos sacos por el deslizadero con gatos metidos, tirados en el precipicio, amarrados… no sabemos cuántos se perderían en el monte…”.
La nostalgia llega al corazón de esta mujer cada vez que se cumple el aniversario de este hecho.
Dolor, sufrimiento e impotencia fueron los sentimientos de esos días de 2008 cuando pudieron rescatar 80 gatos.
Sacó fuerzas y alquiló una casa grande en el barrio San Francisco para tenerlos, pero la lejanía con Bucarica distanció también las ganas de la comunidad de ese sector para ayudarle a mantener los felinos.
Emprendió una lucha de solidaridad, tocando puertas y creó entonces la Fundación Gatera Doña Felisa junto a otras 7 personas, profesionales, de los cuales hoy solo son 3.
Un albergue por construir
Norma contó con la ayuda de su padre quien le dio una parte de una finca en Lebrija, donde empezó a construir el albergue.
Para esto ha hecho actividades quincenales en parques de la ciudad en las que ha recibido el apoyo de la gente… pero todavía le falta bastante.
“Ya hemos construido de a poquito, pero faltan las puertas, el pozo séptico porque sin esto no podemos tener animales ni pedir servicio de agua y acueducto. Es más complicado levantar un albergue para gatos que uno de perros. A los perros se les hace un encerramiento con malla y listo, pero a los gatos no porque usan la malla para subirse y salir, hay que hacer algo más pensado”.
Las mayores necesidades de donación son de alimentos para gatos y perros, medicamentos (incluso empezados, esos que sus mascotas no terminaron de usar), vacunas, elementos de aseo, y materiales y mano de obra para la construcción.
EL COSTO
Una pasión criticada
Los ataques por su labor con los animales no han cesado nunca. Muchos le recriminan el gasto económico que de su bolsillo hace para sostener a tantos gatos y le preguntan por qué no destinar ese dinero a ayudar a niños y ancianos.
“Es importante ayudarles a abuelitos y niños que lo necesitan pero hay muy poca gente que apoya a los animales, es compensar lo que otros no hacen. Hay mucha gente que hace actividades sociales para ayudar a los más desfavorecidos y siempre son exitosas, en cambio con los animales es difícil, los gatos no tienen tantos amigos como los perros y conseguir voluntarios es peor aún”, explicó la ingeniera que renunció a la vanidad femenina (collares, peluquería, uñas y ropa) para destinar su dinero a los gatos.
Otros que constantemente la critican son los vecinos que ha tenido, al punto de tener abiertos procesos judiciales en Floridablanca, Bucaramanga, Piedecuesta y Girón.
“Los vecinos se quejan mucho pero extrañamente son los que más me dejan animales en la puerta de la casa para que yo los cuide. Eso sí, nunca me han cerrado alguna casa o han sacrificado animales porque todas las veces funcionarios de la Secretaría de Salud hacen la visita de inspección encuentran todo en orden”.
En momentos críticos la mano de Dios me ha ayudado.
“Dios los animales no son míos, yo no los traje a este mundo, me llegaron por obra suya. Usted los creó. Si son suyos me ayuda a mantenerlos y cuidarlos porque sola no puedo. Necesito que me ayude a conseguir lo que necesitan. El hombre no ha sabido para qué le sirven los animales y las mascotas y yo los protejo de las barbaridades que hacen muchos”, así dice que le habla a Dios y milagrosamente aparece alguien para decir que quiere ayudarle.
“Eso es lo que me hace pensar que estoy haciendo algo bueno, si no fuera así no recibiría apoyo de nadie”, aseguró Norma quien dice además que es una fortuna no tener esposo ni hijos porque entonces no podría hacer lo mismo por sus animales.
En momentos críticos la mano de Dios me ha ayudado.
“Dios los animales no son míos, yo no los traje a este mundo, me llegaron por obra suya. Usted los creó. Si son suyos me ayuda a mantenerlos y cuidarlos porque sola no puedo. Necesito que me ayude a conseguir lo que necesitan. El hombre no ha sabido para qué le sirven los animales y las mascotas y yo los protejo de las barbaridades que hacen muchos”, así dice que le habla a Dios y milagrosamente aparece alguien para decir que quiere ayudarle.
“Eso es lo que me hace pensar que estoy haciendo algo bueno, si no fuera así no recibiría apoyo de nadie”, aseguró Norma quien dice además que es una fortuna no tener esposo ni hijos porque entonces no podría hacer lo mismo por sus animales.
Próxima actividad
El 22 de septiembre en el parque La Pera de Cañaveral será también la siguiente jornada de adopción de gatos y perros.
Para este mes también tiene programada la actividad ‘Amigo Secreto del gato’ que consiste en escoger un gato y regalarle un kit de vacunas de 25 mil pesos o el aporte que quiera darle.
Contacto para donaciones
Facebook: Gatos Doña Felisa
Twiter: @DonaFelisa
Email: [email protected]
Móvil: 3152121893
Física: Calle 63 No. 30 – 111 Conucos casas
Debe oler delicioso la casa de la sra. Felisa
sra pepa, no entiendo a que viene ese comentario? x lo visto ud nunca ha tenido gatos y sus palabras hacen parte de su ignorancia…. Los gatos son mucho mas limpios que un perro( esto no significa que ame tambien los perros) y muchas veces mejores que ciertas personas y «amigos» que encontramos en el trascurso de nuestra vida…. mas bien debemos darle una mano a esta sra para que pueda darle un Hogar como se lo merecen
Con todo gusto estamos dispuestos a colaborarle a la Sra. Felisa recibiendole cuantos gatos quiera entregarnos.
Nosotros los haremos sentir como en casa
No sera más bien que los quieren procesar en la salsamentaria a los pobres gaticos?