20 años trabajando por la juventud

Anorexia, exclusión, drogas, malas notas en el colegio, adicción al licor, hiperactividad… quizá reconozca que alguno de estos casos se apoderan de sus hijos y no encuentra la manera de combatirlos.

Buscando una solución a esto y basándose en los principios éticos, morales y religiosos infundados por sus padres, un grupo de jóvenes entre 18 y 20 años se ideó la creación de una fundación que ayudara a reducir esta problemática.

Lo hicieron con las ganas de mantener viva esta propuesta por mucho tiempo, como todo el que le apuesta a trabajar por la comunidad, y así fue.

Hoy, 20 años después, la Corporación Jóvenes por la Vida se mantiene firme, vigente y alerta para ayudar a que la juventud renazca en ambientes más sanos y fructíferos.

Una de las cosas que más llama la atención es que de esas 35 personas que se apuntaron para hacer algo provechoso por los jóvenes y prevenir entre ellos la drogadicción y el alcoholismo, fueron Mauricio Plata, Leonardo Núñez y Catherine López, quienes hoy siguen brindando vocación de servicio a la fundación.

A ellos hoy en día se unieron profesionales de diferentes áreas como psicólogos, trabajadores sociales, facilitadores juveniles, educadores físicos y recreacionistas y administradores de empresas para hacer de este proyecto una realidad con bases más firmes.

¿Cómo lo hacen?

María Caterine López Prieto, una de las fundadoras, explicó que se basan en talleres que resuelven los dolores del alma y buscar otras alternativas.

Se limitan a trabajar con jóvenes estudiantes de colegios oficiales de Bucaramanga, quienes han sido pieza clave en el desarrollo de estos logros.

“Los colegios nos dicen qué personas y qué grados tiene problemas. Con base en ese diagnóstico diseñamos una actividad formativa que consta de 5 horas de trabajo donde con las técnica que manejamos buscamos tocarle la raíz del problema al joven. No es que el joven sea así, siempre hay algo de fondo que lo esta afectando para que el llegue a estas actitudes”, manifestó.

Y aunque no tienen una sede oficial con espacios amplios para la realización de los talleres, cuentan con el apoyo de instituciones como Comfenalco y el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, que prestan sus instalaciones.

Sin embargo no todo es color de rosa en la obtención de los resultados a que aspiran, pues aún hay muchos jóvenes que esperan empresas o personas particulares que los patrocinen para iniciar o continuar recibiendo ayudas.

Siempre hay satisfacciones

“A pesar de las dificultades, siempre nos sentimos satisfechos cuando oímos los testimonios de las personas que han hecho parte de los programas. Hay muchos jóvenes que hoy en día vemos como concejales, docentes y líderes comunitarios y que nos agradecen por ser partícipes de sus triunfos personales. Me apasiona mucho esto que hago y creo que vine al mundo a cumplir una misión porque de alguna manera creo que recibí unos dones que durante mis 20 años en la corporación he puesto al servicio de la comunidad”, explicó María Caterine

María Caterine López Prieto, José Alejandro González Ortiz, Mauricio Plata Acevedo y Derly Juliana Ayala Vargas son algunos de los líderes de la Fundación Jóvenes por la Vida.

Por estos días la fundación adelanta talleres en el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga.