Zanahoria y garrote para los infractores
Al deterioro que en diferentes órdenes presenta la ciudad es hora de ponerle coto.
Mientras algunas personas quieren ver su ciudad limpia y hermosa, otros deciden ensuciarla y destruirla; mientras algunos cumplen con las normas de tránsito, otros son unos salvajes al volante; mientras algunos quieren vivir en paz y en armonía, otros se inclinan por el escándalo.
Así, es muy difícil mantener el equilibrio social cuando quienes gustan de la violación de las normas campean sin cortapisa.
Por eso es deber de las autoridades municipales empezar a aplicar con rigor todas las herramientas que les brinda la ley para poner orden en la ciudad.
Con educación y autoridad las cosas irán mejor. La cultura ciudadana es una de las buenas alternativas para formar mejores ciudadanos, pero a la par de ésta, se deben imponer sanciones a quienes se resisten.
Medidas como el comparendo ambiental, que ya se empezó a aplicar, deben convertirse en un instrumento para poner en cintura a muchas personas que insisten en en-suciar la ciudad.
Igual deberá suceder con quienes obstaculizan el paso de los demás con sus vehículos, quienes abusan del volumen de sus equipos de sonido, etc.
Sé de la voluntad que tienen las administraciones municipales de poner-le orden a la casa, pero deben tener en cuenta que no se puede tratar de medidas pasajeras, de un titular de prensa o de una sanción ejemplar. Deben ser políticas permanentes.