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Vuelve la rutina del colegio

El regreso a las aulas implica cambios de hábitos en los estudiantes.

Terminaron las vacaciones y todavía los padres de familia se preguntan qué hacer para que sus hijos retomen con tranquilidad su rutina académica.
Aunque algunos colegios entraron esta semana a laborar, la mayoría inician actividades el lunes 23 de enero.
Pensando en los cambios que se avecinan para niños y jóvenes, Gente de Cabecera habló con el psicólogo Carlos Augusto Peñalosa, quien explicó el proceso de adaptabilidad que implica el regreso a clases.

No es tan traumático
El tiempo de vacaciones ha disminuido con el tiempo, pues hasta hace 8 o 10 años los estudiantes disfrutaban de casi dos meses de ‘descanso’, mientras que ahora es un mes.

“Esto hace que el proceso de adaptabilidad no sea tan traumático, pues es evidente que ahora los estudiantes pasan más tiempo en el colegio que en vacaciones y tienen menos tiempo para el ocio”.

El retorno a clases exige cambios de hábitos en los niños y jóvenes.

Entre tanto, la cuestión está en volver a la rutina y retomar hábitos con disciplina: levantarse más temprano, desayunar más temprano pensando que la ruta del transporte lo puede dejar, cumplir con las tareas, y acostarse más temprano para despertarse con alegría y disponibilidad de aprender”, explicó el profesional, quien pide a los padres hacer cumplir estos nuevos horarios.

Vienen las expectativas

Los padres de familia deben saber aprovechar los puntos que llaman la atención de sus hijos a la hora de volver a clase.

Niños: En la infancia está la novedad de los útiles escolares. Ir con sus padres al centro comercial para comprar los últimos cuadernos, libros, bolsos y uniformes, y saber que van a estrenar les causa expectativa y los prepara para volver con entusiasmo al colegio.

El hecho de estrenar útiles escolares motiva a los estudiantes a su regreso a clases.

Adolescentes: Es una etapa en la que compartir con los amigos es primordial, por lo tanto esperan con ansiedad volver a ver a sus compañeros de clase, compartir lo que se hizo en vacaciones y retomar la amistad.
Para la mayoría de niños y jóvenes también prima el saber qué profesor será el que los oriente, en qué aula estarán durante el año y qué asignaturas nuevas van a ver (sobre todo en bachillerato con áreas como química, física, cálculo, álgebra…).

Otro tipo de traumas

Lo que sí es claro es la realidad que enfrentan algunos menores (cifras bajas) al regresar a su plantel educativo, por lo que se requiere de mayor exigencia física y mental para el reinicio de actividades académicas:

– Pérdida del año: Puede sentir cierto rechazo y vergüenza el estudiante que repite el año y ve cómo sus anteriores compañeros están un grado más adelante.

Otros alumnos empiezan el año con más exigencias académicas que el resto de compañeros.

– A recuperar: Algunos alumnos empiezan clases pero con la intranquilidad de saber que al tiempo deben pre-sentar evaluaciones de recuperación de alguna materia.
– Condicionados: Otros estudiantes retoman clases con matrícula condicional por indisciplina o bajo rendimiento académico, lo que implica más sentido de responsabilidad y orden.

Un principio de la Programación Neurolingüística PNL es el tiempo del que dispone un ser humano para aprender o desaprender algo.
Según la PNL se necesitan 21 días para que una persona se adapte o desadapte a un proceso, hábito o rutina.

“A veces los padres caen en el yerros de poner a estudiar a sus hijos en vacaciones y esto de alguna manera produce fatiga entre los niños y jóvenes a la hora de retomar el año lectivo”.

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