Faltó hablar del transporte
Hace una semana una vecina del barrio habló sobre los cuatro problemas mayores de Pan de Azúcar, pero olvidó quizá el más importante: la falta de transporte público.
Es increíble ver cómo ya muchos conductores de Lusitania no cumplen con la ruta y al contrario pasan cada hora, cuando les complazca y en el peor caso, a las 6 p. m. pasa el último.
En muchos casos los conductores le preguntan a uno cuando toma la buseta en Cabecera: ¿para dónde va? Y dependiendo si uno va a Pan de Azúcar u otro sector, cambian la ruta y dejan sin más ni menos a los otros pasajeros que esperan en determinado sitio esperando. Entonces uno les pregunta: ¿Y los que están en el Éxito, por qué no pasa por allá, quién los recoge a ellos? Y tranquilos responden: “Ahhh… ellos se van en carro”.
Esto sucede con los más decentes, con los que medio hablan, pues existen quienes ni el saludo responden y al contrario, con gestos muestran su grosería.
Y entonces, teniendo en cuenta esta problemática, que Metrolínea ya dijo oficialmente que no tendrá rutas alimentadoras para este sector, la pregunta del millón es ¿qué nos deparará a los vecinos de Pan de Azúcar? ¿Seguir aguantando este servicio tan malo?