Crítica a los aros y tableros de San Pío
Después de un avanzado estado de deterioro de las canchas de San Pío, (porque aquí no se hace mantenimiento preventivo), por fin se dio el milagro de restaurarlas, al menos los tableros, porque al piso no se le hizo nada.
El problema es que no se hizo bien el trabajo y hubo una situación que ojalá no sea desidia, mala fe, ni negligencia sino tal vez ignorancia en el tema, pero ¿ignorancia de quién? Puede ser del contratista, del contratante o del interventor.
La parte frontal de los tableros debe ser lisa incluyendo la línea negra perimetral, (quedó con bandas, como una mesa de billar); los aros deben ser amortiguados para que el balón no rebote tanto y quedaron rígidos porque los fijaron directamente al marco y les pusieron unos resortes de adorno.
Además la medida entre el aro y el tablero reglamentado no se cumple. Ojalá se corrijan estas cosas pues no nos debemos contentar diciéndonos: “Algo es algo, peor es nada” porque me atrevo a decir que “por hacer bien las cosas no se debe pagar más”.
Para tener en cuenta…
Los aros deben ser en acero macizo con un diámetro máximo de 45 cm. pintados de color naranja.
El aro deberá estar fijado a la estructura que soporta el tablero de tal manera que ninguna fuerza aplicada al aro pueda ser transferida al propio tablero Por tanto, no habrá contacto directo entre el aro, el dispositivo de sujeción y el tablero (de cristal o de otro material transparente). No obstante, la distancia entre ellos será lo bastante pequeña como para impedir que quepan los dedos de los jugadores.