Se necesitan más zonas verdes
Los municipios del área metropolitana dejaron de caracterizarse por ser los más verdes, los de los parques y los del aire puro.
Cabecera y Cañaveral, que en otros tiempos fueron reconocidos como lugares donde se podía salir a pasear en medio del colorido de sus zonas verdes, ya no cuentan ni con la mitad de lo que tenían.
En el primero los tradicionales parques han tenido que luchar para sobrevivir, gracias a la ayuda de los vecinos que se han preocupado por su mantenimiento.
En el segundo ya no queda sino el parque La Pera, nada más.
Los antiguos bosques y las cañadas se han ido extinguiendo por cuenta del desarrollo urbano, el abandono y la contaminación.
Por eso es importante que los futuros alcaldes den una mirada a lo que está pasando con este tema tanto en Cabecera como en Cañaveral.
Un municipio con gran crecimiento en obras de cemento puede representar desarrollo, pero si ese desarrollo no se armoniza con el entorno y con la conservación de espacios verdes, llegará el día en que se ahogue en sus estructuras.
Es urgente pensar en recomponer el camino y salvar las cañadas, mejorar los parques que hay y buscar alternativas para construir nuevos o por lo menos no acabar con los bosques que quedan.
En ciudades como Medellín las cañadas las convierten en corredores para el paso de peatones, donde se conserva la naturaleza y se la da una nueva estética al sector.