Mano dura desde la Dirección de Tránsito
Los trancones que se forman diariamente en la carrera 37 entre calles 42 y 44 denunciados por un periodista del barrio, no son comparables con el problema de movilidad que existe de día y de noche en la carrera 37 entre calles 35 y 42 y en la calle 36 entre carreras 33 y 37.
En esos sectores existen varios restaurantes, bebederos de licor y un colegio que no tienen parqueaderos, por este motivo y por la falta de cultura ciudadana estacionan sus carros y motos en ambos lados de la calzada, en andenes y antejardines, impidiéndole a la comunidad caminar por los andenes y a los vehículos transitar por la vía.
Esta irregularidad trae consigo los permanentes trancones, los cuales los choferes pretenden acabar a punta de pito, causando polución ambiental y enfermedades a los residentes en esos sectores.
Este problema se agudiza porque la carrera 37 es angosta y de doble vía, la calle 36 es también muy angosta y estacionan carros y motos en los dos lados de la calzada. Además la calle 36 termina en la carrera 37 complicando aún más la circulación de vehículos y peatones.
Con un mínimo de voluntad política, la Dirección de Circulación y Tránsito podría solucionar esta caótica situación prohibiendo el estacionamiento de carros y motos en los andenes, ante jardines y en los dos lados de la calzada.
Claro que con pintar ‘prohibidos’ no se consigue eliminar los trancones, se hace necesario ordenar a los reguladores de tránsito que pasen con las grúas para llevar a los patios los carros y motos estacionados en lugares prohibidos.
Los problemas de movilidad en Cabecera los podrían solucionar con grúas, los cepos, colocando comparendos sin ninguna contemplación, estableciendo paraderos de buses y busetas por lo menos cada dos cuadras en la carrera 33 y sancionando a los choferes que recojan y dejen pasajeros en sitios diferentes a los paraderos.