Esté atento a los trastornos en los niños
La niñez es la base para la vida adulta. Es por esta razón que durante esta etapa se debe prestar atención a sus habilidades, gustos, pero también a sus enfermedades o si el pequeño está sufriendo algún trastorno.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, un trastorno es una alteración, relacionado generalmente con problemas de personalidad y psicológicos, que causan problemas en su vida cotidiana.
Aunque se pueden presentar diferentes tipos de trastornos (de aprendizaje, de comunicación, de habilidades motores, de déficit de atención, etc.) estos comparten la posibilidad de convertirse en enfermedades en donde el niño crea creencias inadecuadas de sí mismo, bajo autoconcepto, dependencias, inseguridad, agresividad o enfermedades mentales.
Gente de Cabecera habló con Catalina Gutiérrez Parra, psicóloga especialista en aprendizaje, instructora de programación neurolingüística y equinoterapeuta, para conocer sobre el manejo de estos temas.
No genere ambientes propicios
Los trastornos tienen un componente biológico, psicológico y emocional. Por esta razón existen ambientes que permiten el desarrollo de estos trastornos.
Estos son ambientes demasiado permisivos, rígidos o incoherentes.
Ejemplos suceden cuando se da una orden y se permite que se transgreda. Cuando los padres o figuras de autoridad no se encuentran de acuerdo y se dan órdenes y contraórdenes. Cuando hay ausencia de los padres por periodos prolongados de tiempo, en especial de la mamá. Cuando se imponen castigos o sanciones y no se cumplen o cuando los padres son demasiado exigentes y controladores con los hijos.
Pero en especial cuando se les da todo y no se les permite asumir su responsabilidad debido a que siempre hay alguien que resuelve sus problemas como en el caso de padres sobreprotectores.
¿Cómo detectar si el niño sufre algún trastorno?
Aunque identificarlos depende del tipo de trastorno y de la edad, existen ciertos indicativos de que hay problemas emocionales. *Que el niño se orine en la cama o en sus pantalones. *Dificultades o trastornos de sueño. *Presenta crisis de llanto o llanto fácil. *Acceso de ira. *Se comen las uñas o el cabello. *Tienen problemas en el colegio en la parte académica o disciplinaria. *Más adelante tienen problemas con el manejo de normas o rebeldía. *Dicen con frecuencia “no quiero” o “no soy capaz”.
Un primer manejo
Un primer manejo Si considera que el niño puede estar sufriendo de algún
trastorno, lo mejor es que lo vea un experto. Sin embargo, desde el hogar se pueden cumplir ciertas tareas que ayuden al niño. Un primer punto puede ser revisar la dieta nutricional del niño. *Si hay trastorno de sueño o síntomas de depresión o tristeza, lo primero que hay que hacer es aumentar el consumo de alimentos precursores de serotonina, que es la sustancia producida por el cerebro, encargada del placer y el sueño reparador. Esta se encuentra en lácteos, chocolates, banano y aves de corral principalmente. *Si hay trastorno de ansiedad es importante suspender alimentos y bebidas estimulantes como dulces, café, té o gaseosas negras, contrario a cuando existe un trastorno de hiperactividad. Un segundo paso es encontrar las posibles causas del trastorno en el niño. Por ejemplo, si hay situaciones específicas que le causen ansiedad o temor, si se encuentra en situaciones de riesgo por abandono, maltrato o abuso sexual o si presenta excesiva carga académica o presiones en el colegio. Es importante todo el tiempo ayudar a que el niño: *Exprese de manera verbal sus emociones. *Respire de manera adecuada. *Realice ejercicio físico para movilizar su energía. *Defina espacios para estudiar, pero también para la relajación y el ocio.
Tenga en cuenta
Para evitar este tipo de trastornos lo más importante es tener coherencia y equilibrio.
*Equilibrio en la dieta nutricional para evitar alteraciones en el sistema nervioso.
*Claridad con respecto a las normas y jerarquías del hogar.
*Permitir y estimular a que el niño exprese sus sentimientos sin ser juzgado o sancionado.
*Permitir que desarrolle sus capacidades emocionales y mentales y retarles a conseguir las cosas por ellos mismos, a hacerse responsables por sus actos y a no darles todo lo que desean o esperan.
*Permitirles que se frustren, debido a que en la vida no todo se puede tener y eso lo deben aprender desde pequeños.
*No le deje ganar en todos los juegos. Así conocerá el dolor de la derrota y desarrollará habilidades emocionales para enfrentar el fracaso y diseñará estrategias para mejorar.