Cazadoras de talentos, realizadoras de sueños
Las adversidades no han sido motivo para detenerse en su ardua labor de llevarles a los niños de escasos recursos de la ciudad un pedazo de música, cultura y arte.
Junto a su equipo de trabajo, Mary Zulma Becerra y Rocío Zúñiga se entregan en cuerpo y alma a la Fundación Academia Alma Musical.
Aunque durante 10 años este nombre ha funcionado como academia, con lo que ha vivido un largo tiempo, saben que la tarea no se puede quedar en las paredes de esta casa, ubicada en el barrio Mejoras Públicas.
Por eso decidieron constituir legalmente la fundación y empezar a trabajar por aquellos niños, que, sobreviviendo en situaciones económicas y sociales difíciles, necesitan una oportunidad para mostrar su talento.
Pero no ha sido ni es fácil, pues lo hacen con recursos propios y con los que deja la academia.
“Es por esta razón que solicitamos de manera cordial a empresas y particulares que nos ayuden apadrinando a uno o más niños de acuerdo a sus posibilidades para que inicien un programa de aprendizaje en guitarra. Hemos desarrollado un primer programa que consiste en 100 horas de clase, el uniforme (camiseta de la fundación), la carpeta con el material de las clases y el obsequio del instrumento (una guitarra)”, explicó la directora ejecutiva de Alma Musical.
Para esta primera parte del proyecto social, la fundación hizo audiciones con niños del barrio Zapamanga y las niñas del Hogar Teresa Toda, de donde seleccionaron a 14 niños, sin embargo esperan llegar a otras instituciones educativas de la ciudad para seleccionar más niños y desarrollar el talento que tengan.
La capacitación se hará en un principio en guitarrea y técnica vocal, pues la inversión en instrumentos es más económica y a medida que se logren más aportes económicos se ampliará el aprendizaje a organeta y tiple.
“Con este nuevo proyecto queremos darles a los niños de escasos recursos económicos la oportunidad de una vida mejor, queremos que se sientan desde ya útiles y ambicionados, y despertar en ellos buenos sentimientos, buenas costumbres, conductas y plantearles un futuro con expectativas trascendentales para su vida”, indicó la docente, quien para esta labor también cuenta con el apoyo de sus hijos Ángel David y Andrés Leonardo Alba Becerra, su sobrina Angie Carolina Becerra, y su socia licenciada en Música de la UIS y directora de la parte musical Rocío Zúñiga Coral.