‘Pacho’ Centeno: Ingeniero de cuentos
Hace más de dos décadas Francisco Centeno tenía como meta ser profesional de la Ingeniería de Petróleos y aficionado a los cuentos. Hoy es profesional de los cuentos y aficionado de la ingeniería.
En 1985 ‘Pacho’ llegó a la Concha Acústica a escuchar a Misael Torres –su maestro en este arte-. Le gustó tanto que pensó hacer lo mismo basado en su experiencia como actor del teatro La Culona de la UIS.
Lo primero que echó fueron tres cuentos de los que oyó, ante un público de tinto y gaseosa en una cafetería de la UIS.
Luego se puso de ruana La Gallera, donde ‘revolucionarios’, mamertos, niños bien y los común y corriente lo ovacionaron.
Su éxito le permitió pagarse el bus, el tinto, la comida y hasta le semestre de universidad poniendo la gorra, como él mismo lo reconoce.
Así se inició en esta ‘profesión’ de la narración oral, en la que ya cumple 20 años.
Al año de haber iniciado ya estaba en el teatro Colón de Bogotá en el Festival Nacional de Cuenteros Puro Cuento.
Crecidito por tamaña proeza llegó a la ciudad a solicitar el Luis A. Calvo para su primera presentación en tarima, con telón y aire acondicionado.
Y sí señor, se lo prestaron.
Fue su primer lleno en el auditorio –pese a que la entrada valía $200-.
De ahí saltó al Iberoamericano de Teatro, al cual fue invitado, lo que le dio más alas para pensar en hacer un Festival Nacional de Cuenteros que lo concretó en el 92 y después el Iberoamericano Abrapalabra, que es hoy uno de los más importantes de Latinoamérica.
De la Biblia a la carreta
Pacho es de una familia de extracción humilde en la que le tocaba trabajar de día para pagar su colegio de noche.
De niño –recuerda- su padre le enseñó a leer textos de la Biblia y él – por su parte- salía a caminar por la Bucaramanga chiquita en busca de cuentos de Kalimán y Arandú que colgaban en cabuyas de los alquileres de la época.
En su juventud fue bueno con las matemáticas, la física y materias afines.
Por eso cuando vino el momento de escoger carrera, quiso ser arquitecto, pero la plata no alcanzaba. Entonces le propusieron estudiar sistemas, pero le pareció aburrido.
Entonces, por descarte, le tocó ser ingeniero de petróleos, profesión que ejerció sólo un par de meses.
Además de cuentero Pacho ha sido concejal, director del Instituto Municipal de Cultura, creador de la estampilla pro-cultura y amante de la vida.
Echando cuentos ha representado al país en España, México, Costa Rica, Cuba, Venezuela, Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Brasil; ha creado 8 espectáculos, ha escrito 3 libros y ha participado en los más importantes festivales internacionales de oralidad como el del Fórum Universal de las Culturas Barcelona 2004.
Yo salvé el Santander
Tal vez uno de los mejores cuentos fue el que le echó hace unos años al entonces alcalde Honorio Galvis.
Cuenta Francisco que un día se enteró que estaban rematando el teatro Santander y que prácticamente estaba vendido por la Universidad de los Andes a un constructor de la ciudad, quien pensaba hacer allí un centro comercial.
A punta de teléfono, correos y pancartas le pidió a Honorio que comprara el predio para salvar el teatro. Hoy, este es uno de los proyectos más ambiciosos que en material cultural tiene Bucaramanga.
Celebración
Con motivo de sus 20 años de actividad cultural Pacho ha organizado el siguiente programa en la Concha Acústica a partir de las 7 p.m.
Junio 23: Cuentos populares
Junio 30: Textículos
Julio 7: Sexoral
Julio 14: La traga hombres y otros cuentos sin principios
Julio 21: El Quijote
Julio 30: Homenaje a Pacho Centeno. Los mejores artistas santandereanos.