Cansados de malas noticias… y con esperanzas de las buenas
Nuestro mundo necesita desesperadamente escuchar buenas noticias.
Los periódicos, la televisión, los noticieros radiales, todos están llenos de malas noticias: guerras, terrorismo, hambres, catástrofes y desastres naturales que dejan miles de damnificados; pobreza absoluta que se apodera de ciertas naciones, el crimen organizado y la violencia se va apoderando del planeta.
La letanía de tragedias parece no tener fin. Los accidentes y las enfermedades cobran muchísimas víctimas diariamente y lo más irónico es que en las naciones tecnológicamente avanzadas los adolescentes constituyen el grupo más afectado por las muertes violentas y los suicidios.
Las drogas, la violencia, el abuso desenfrenado del alcohol y la promiscuidad sexual que avanza rápidamente, destruyen a su paso hogares y las vidas de quienes viven en esta sociedad.
A pesar de los esfuerzos de los científicos, aparecen nuevas enfermedades que desafían todos los conocimientos médicos y aquellas que parecían haber sido conquistadas desde hace mucho tiempo reaparecen con inusitada fuerza.
Existe todo un arsenal de armas nucleares, químicas y bilógicas que poseen capacidad de aniquilar naciones enteras y cada día crece el temor de que grupos terroristas utilicen estas armas para lograr sus perversos fines.
¿A dónde nos conduce todo esto? ¿Por qué el mundo se encuentra en tan precaria situación? ¿Con semejante caudal de malas noticias, existe esperanza de que nos lleguen las buenas noticias?