Administrador por vocación, pintor por pasión
Dejó a un lado los números para dedicarse a los colores. Y así, como si cumpliera con un horario de oficina, pero encerrado en las cuatro paredes de su casa, Gilberto Granados Sepúlveda le sonríe a la vida.
Antes de pararse frente al caballete, de sacar su tan surtida paleta de colores y de darle rienda suelta a sus manos, este pintor se prepara viendo noticias.
Es en su casa donde trabaja, estudia, lee y donde logra darle vida a ese talento que explora desde su niñez, el mismo que se reforzaba cada vez que sus padres le regalaban una caja de colores Prismacolor.
“Eran mis regalos favoritos, me encantaban. Solo esperaba que me dieran más y más cajas para poder pintar y darle cabida al colorido, que siempre ha sido mi línea”, expresó.
Desde entonces ha alternado los pinceles y las paletas con sus estudios de agronomía y de administración de empresas, con sus labores como dueño de una agencia de viajes y como empleado de Ecopetrol.
“No estudié pintura ni nada relacionado con esto porque para esa época se decía que debíamos estudiar algo más productivo y pues lo tenía como hobbie, pero hoy lo tengo como mi labor primordial”.
Entonces conoció a Cristian Toledo, quien le dijo que debía pasar por todos los estilos, figuras, corrientes y colores para saber por cuál se inclinaba.
“Con él hice un recorrido largo: bodegones, paisajismo, figura humana, grafismo, modernismo, aerografía… y me quedé con el favuismo, que es el empleo provocativo del color”.
Y desde hace 12 años se dedicó de lleno a colorear su vida y la de muchos hogares del país, pues a pesar de no ser un pintor de profesión, de no tener estudios especializados y de no figurar en las revistas más famosas del mundo, las obras de Gilberto están en muchas familias de la Costa Caribe, de Bogotá, Canadá, México, Argentina y Australia, entre otros.
“Me sorprende cuando alguien me llama de sitios lejanos a pedirme que les haga un cuadro… les pregunto cómo se enteraron de mis trabajos e inmediatamente doy con el cliente y la ubicación de mi obra, sé con exactitud dónde está cada uno de mis cuadros”, dijo el artista bumangués quien ve en la pintura no un compromiso laboral sino un descanso, un tiempo para relajarse y para aislarse de su mundo, un espacio que aprovecha para encontrarse consigo mismo.
Gilberto, un artista genial y un maravilloso ser humano, sus obras son geniales. Mil Felicidades
MIS FELICITACIONES MAESTRO GRANADOS TUS OBRAS SON UNICAS Y BIEN PLASMADAS