“El arte me hace inmensamente feliz”: Soledad Silva
Lo dijo una y otra vez: “Soy feliz”. Lo refleja en sus ojos de madre apasionada y en el colorido de sus cuadros.
Soledad Silva Ardila inició su carrera de artista profesional en la UIS, donde culminó sus estudios de Delineante de Arquitectura.
Allí puso a rodar toda la carga artística que corre por sus venas, gracias a sus hermanos y tíos. Y tal vez sus hijos, que aunque no están con ella todos los días, también compartan este amor por el arte.
“Uno vive en Londres, es músico y toca el acordeón y el órgano, y el otro es arquitecto y también es sensible a estos temas. Sin embargo yo creo que cada ser humano nace con una carga genética propia que se va desarrollando poco a poco”, dijo sobre las herencias artísticas en su familia.
“A ellos les gusta lo que soy y aprecian lo que hago. Admiran mi trabajo y mi forma de vida y esto es muy importante”, expresó mientras mostraba el álbum donde recopila una parte de su trabajo, desde sus inicios hasta ahora.
Lo guarda en su casa paterna, en Cabecera, donde se hospeda cada vez que viene a Bucaramanga, pues hace cinco meses está radicada en Charalá, su pueblo natal.
Aunque solo dedica parte de sus visitas a perfeccionar su trabajo en compañía de su amiga Fanny, espera en los próximos meses iniciar clases en la capital santandereana y quizá traer el resto de su taller, que tiene en Bogotá.
“Así podre recordar viejos tiempos como profesora de acuarela y óleo”… y seguir viviendo esa pasión infinita que le permite ser feliz y “estar en paz con el universo”.
Sus obras
La mayoría de sus obras están en Medellín, en la galería de arte El Taller. “Allá se interesaron por mi trabajo y siempre me exponen. Además participo anualmente en la subasta Cariño, una obra social para esa ciudad”.
Para los que apenas inician…
Su amplia experiencia con la pintura le permitió brindarles un con-sejo a los jóvenes que inician su carrera como artistas. “Lo más importante es tratar de conocerse uno mismo y descubrir qué le gusta y apasiona. Hay que estar ahí, seguir adelante y entregarlo todo. Esta es una profesión deliciosa. Cuando se vive del arte la vida es especial, diferente, las metas son infinitas, y los propósitos no dependen del dinero, sino del trabajo y de la energía. Esta es una felicidad diferente a la que nos dan los seres humanos”.
Soledad Silva saluda a los lectores de Gente de Cabecera
Con mi respetuosa y profunda admiración… Manolo Diaz.