Una vivienda digna
Una vivienda digna nace de un proceso técnico a escala humana, creado acorde a las necesidades del cliente en todos sus componentes mentales y corporales.
También se busca que el usuario sea parte del proceso de diseño y construcción, que el diseñador tenga en cuenta desde sus medidas antropométricas, número de personas, tipo de acomodación, defensa del derecho a la intimidad y características del amueblamiento.
Biológicamente todos los humanos generamos condiciones vitales que deben influir en las formas, como son los volúmenes de metros cúbicos por hora en los siguientes aspectos: vapor acuoso al transpirar, en reposo o en movimiento, gas carbónico al respirar, demanda de oxígeno, 25 decibeles de ruido para dormir y 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante.
Por esto invito a los responsables de edificar viviendas de interés social y constructores de empresas privadas a comprender que mejorar la vivienda es parte de un proceso humano que está en permanente evolución.