Las marchas se salieron de madre
Hace tiempo que las manifestaciones, marchas de protesta y eventos similares se han salido del cauce.
Las recientes jornadas de protesta de diferentes estamentos y organizaciones de la ciudad y del país así lo han corroborado.
En nuestra ciudad ya es común que cualquier marcha, sea por el motivo que sea, genere un caos en la ciudad que no se puede concebir ni tolerar.
Hace algunos años el ex alcalde Honorio Galvis soportó uno de los mayores bochornos que se haya vivido en la ciudad cuando taxistas y motociclistas se tomaron las calles y taponaron las vías sin importar el derecho de los demás ciudadanos.
Igual ha sucedido con jornadas de a pie en las que las calles y los negocios por donde pasan las caravanas terminan convertidas en muladares y en pantallas de mensajes grotescos. Paredes de cientos de edificaciones terminan tapizadas de aerosol con todo tipo de grafitos.
¿Qué se logra con esto?
Solo el rechazo del resto de la comunidad que en vez de respaldar la jornada termina abucheando a quienes hacen parte de ella.
En los últimos días el centro de la ciudad ha sido objeto de manifestaciones de hasta 20 personas en la que colapsa el sistema de transporte masivo porque cinco o diez personas se paran en el cruce de la 15 con 36 y no permite el paso de vehículos; y lo más grave, no hay autoridad que tome cartas en el asunto.
Las protestas y las marchas están dentro de los derechos ciudadanos, lo que no está bien es que esas manifestaciones terminen afectando de tal manera al resto de comunidad que no desea participar o que no comparte los motivos de la marcha.
Se avecinan más jornadas similares ¿Qué actitud asumirán las autoridades frente a éstas? ¿Se seguirá permitiendo el desorden que actualmente vemos?
Es hora de ponerle coto al asunto, antes de que alguien termine fuera de quicio en una ciudad sin vías y en la que las pocas que hay sirven para protestas sin control.