Le bailan y sonríen a la vida
Al terminar la jornada, cuando el cansancio del día funde el cuerpo de muchos bumangueses, los integrantes de Momba apenas vislumbran con energía las horas de movimiento que se les viene. Lo hacen con ganas, orgullo y con el mayor de los gustos, pues es el espacio propicio para despejar lo que se tejió durante el día en sus cabezas y para ejercitar su cuerpo haciendo lo que más les gusta: bailar.
En un baúl quedan por un par de horas sus que haceres como padres, madres, esposas y como trabajadores, para dedicarse a montar las coreografías que luego lucirán con ahínco sobre una tarima. Son conscientes de que sus ingresos económicos no tendrán un cero de más, pero eso no importa, saben que sus movimientos robarán sonrisas y congelarán la mirada de cientos de espectadores.Un aplauso es más que un ‘gracias’ para estos doce muchachos que unieron su gusto común por la danza para crear Momba, el grupo de baile que sin ánimo de lucro aporta el meneo de sus caderas en obras de todo tipo, incluidas las sociales. “Apoyamos a grupos como Soñar Despierto, Tejedoras y Fundación Seminarios Caminos. Sabemos que no podemos hacerlo con dinero, por eso aportamos con nuestro baile, que es lo que sabemos hacer”, explicó Brenda Álvarez, coordinadora de la agrupación.
Sin embargo, saben que asistir a este tipo de eventos con cientos de asistentes es una vitrina para exhibirse como grupo y al tiempo darse un champú de publicidad.
“Hay fundaciones con niños que sufren algún síndrome y no pueden bailar, pero tenemos nuestra forma de enseñarles, de manera dinámica, algún tipo de baile y qué es la música. Además pintamos entre todos el logo de Momba para que lo conozcan”, manifestó la joven de 24 años. Así, entre actividades lúdicas y recreativas, este grupo de jóvenes hace dos cosas que les apasionan: bailar y ayudar a la gente.
Este es Momba
El grupo dirigido por Moisés Bohórquez, quien ha dedicado gran parte de su vida al baile, se reúne dos veces entre semana a montar sus espectáculos. Como no tienen un sitio propio para hacerlo, se congregan en el Parque de los Niños, a las 10 p. m. Allí, con la ayuda de los uniformados del CAI, instalan sus equipos de sonido y practican lo que luego mostrarán en sus presentaciones. Aunque aparentemente son solo un colectivo de bailarines, también hacen parte de la microempresa Momba, que tiene su oficina principal en Cabecera. Allí ofrecen clases para el incremento de energía y vitalidad, tonificación y definición muscular, diversión y recreación, entre otros aspectos.