A sus 62 años, doña Alicia García ya perdió la cuenta de cuántos pesebres ha armado y cuántos hogares ha visitado para llevarles el espíritu navideño. En esas se la ha pasado gran parte de su vida, pues además tener una gran devoción por la representación del niño Jesús, lo hace para distraerse y controlar el estrés.

“Lo hago para darle continuidad a la tradición, las costumbres y lograr que esta expresión artística se revalore en nuestras familias. esta tradición es muy bonita y sería muy bueno que quienes tienen un gusto por la navidad se reúnan en familia a hacer el pesebre, pues estos son espacios de integración y armonía”, dijo la comerciante nacida en Charalá, Santander. Su creatividad no tiene límites, por eso es la gran artífice de los pesebres que hoy en día lucen las zonas comunes y la recepción de edificios y conjuntos residenciales del sector.

“Para la parte de armazón y estructura tengo personal que me colabora y la parte decorativa y paisajística la elaboro personalmente”, dijo sobre sus obras que no tienen un diseño especial pero que igual tienen un estilo propio. Mientras tenga uso de razón, mientras sus manos sigan recibiendo de su imaginación la orden de dar vida a las situaciones que rodearon el nacimiento de Jesús, esta residente de San Pío aseguró que seguirá haciendo pesebres e inundando muchos hogares de la alegría que trae esta temporada.