Un arquitecto para toda la vida

La energía de Mario Pilonieta no se ha acabado y continúa dejando su legado en el ámbito arquitectónico, no sólo en la ciudad sino también en el Departamento.

Mario Pilonieta

La obra arquitectónica de Mario Pilonieta es ampliamente conocida en la ciudad. Importantes instituciones han gozado de su talento y es por eso que con los años se ha considerado una autoridad en esta materia.
Su trayectoria da muestra de vitalidad, pero sobre todo entrega a su trabajo, porque es de esas personas incansables que esperan laborar  la mayor parte de su vida. Como él mismo lo dice, hasta que la naturaleza disponga algo diferente.
Nació en Bucaramanga, se educó en el Colegio Santander y años más tarde viajó a Bogotá en donde se graduó como arquitecto Cum Laude de la Universidad Nacional de Colombia en 1958.
Desde entonces ha ejercido su profesión con ahínco, entregando su talento como un verdadero arte alejado de esa esencia comercial que muchas veces se le da a los proyectos arquitectónicos.

Sobre esto explicó que la arquitectura es el arte de proyectar y construir edificios, algo que puede considerarse diferente a la mera comercialización de piezas arquitectónicas sin que ello necesariamente implique realizar obras de calidad.
De su historia como arquitecto nos contó que quizá el primer proyecto de gran envergadura que realizó fue como jefe de construcciones escolares en el departamento.
Cuando estaba trabajando pusieron en sus manos la construcción de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Industrial de Santander.
Más adelante laboró como arquitecto asociado con la firma Martínez Villalba y con ella participó en la construcción del edificio Santa Lucía, el primero que, según él, se constituyó en una obra de propiedad horizontal en Bucaramanga, el cual está ubicado en la carrera 33 con calle 42.
Han sido muchos años arduos de trabajo, que han dejado como resultado 480 obras ejecutadas.

Pretender escoger una de ellas como la más significativa es complicado, pues en su haber están estructuras tan importantes como la Clínica Carlos Ardila Lülle, el edificio de la Dirección de Tránsito, los dos edificios de la Universidad Santo Tomás, el edificio Colseguros, la Cámara de Comercio de Bucaramanga y 12 de los edificios de la UIS.
Pero el ejercicio profesional también lo ha llevado a las aulas. Fue docente de la UIS entre 1960 y 1968 y también fundador de la Facultad de Arquitectura y docente de la Universidad Santo Tomás.
Ha compartido sus conocimientos con muchos nuevos arquitectos y su mayor satisfacción en ver como algunos de sus alumnos son considerados profesionales destacados.
Seguramente tendrá más tiempo de compartir y de dejar un legado aún más grande a la arquitectura de la región, pues no pasa siquiera por su mente la posibilidad del retiro.
Más bien considera que todavía tiene gran cantidad de cosas que ofrecer como persona y profesional.
Sus trabajos han reportado importantes reconocimientos y también ha sido de alguna manera gestor de procesos en el ámbito de la arquitectura en el Departamento.
Por ejemplo, dentro de las cosas que recuerda está el haber aparecido en el libro ‘Lo mejor de la arquitectura y el urbanismo en Colombia’, en una edición publicada en los años 70 y en la cual él sería el único santandereano.
Además, ha recibido el Escudo en Categoría Oro de la Universidad Santo Tomás en 1991 y la Sociedad Colombiana de Arquitectos le habría conferido la Escala de Plata en los años 80.
Pilonieta participó como fundador de la Cámara Colombiana de la Construcción, ha sido jurado y asesor de importantes concursos arquitectónicos nacionales.
Por su trayectoria ha sido destacado en medios de comunicación e instituciones. Por ejemplo, en el año 1993 fue destacado como personaje por el Diario El Universal y por el Centro Médico Carlos Ardila Lülle.

Algunas de sus obras:

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