Peatones, cada vez con menos espacio para transitar

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No importa qué tan ancho sea el andén por el que se transita. Más que caminar hacia el trabajo, la universidad o la casa, se trata de una prueba para esquivar a vendedores, carros, motos, mesas, sillas y hasta maniquíes.

No bastan las constantes quejas y solicitudes de los residentes del sector a la Alcaldía, ni los operativos de despeje realizados por esta. El asunto cada vez parece salirse más de control.

Además de lo que se ve a diario en las calles, esta problemática quedó evidenciada en la más reciente encuesta de percepción ciudadana ‘Bucaramanga Metropolitana cómo vamos’, cuyos resultados se conocieron a finales de febrero pasado.

Un 60 % de las personas consultadas están insatisfechas con el espacio público de Bucaramanga, de acuerdo con dicha encuesta, llegando a su percepción más baja en estratos 5 y 6 (solo un 28 % se declaró satisfecho con el espacio público).

Por su parte, la Administración municipal ha anunciado para este año la ejecución del ‘Plan Maestro de Espacio Público 2018’, que contempla, entre otros proyectos, la recuperación de las zonas más afectadas con estrategias como urbanismo táctico, por ejemplo.

La Alcaldía también ha manifestado que se aplicará de manera más severa la normatividad que ordena el desalojo de los vendedores, quienes no solo usurpan el espacio público, sino que además violan el vigente Código de Policía.

Tan solo en el tercer trimestre de 2017, por ejemplo, la Secretaría del Interior realizó 620 operativos de despeje en zonas críticas de la ciudad, incluida Cabecera.

Entre las estrategias planteadas, el Municipio también contempla la posibilidad de habilitar áreas específicas de la ciudad, tal y como ha ocurrido con el ‘Mercadillo Campesino’ del Parque San Pío, para permitirles a los vendedores ambulantes ofrecer sus mercancías durante diferentes temporadas del año.

¿Y la invasión de automotores?

Como se mencionó, la problemática no solo abarca las ventas ambulantes e incluso el comercio formal que se toma las zonas peatonales.

La falta de civismo, la insuficiencia de parqueaderos en ciertas zonas y sobre todo la cultura en la que priman los automotores sobre los peatones, agravan la situación.

Por eso, se repiten cuadra por cuadra las escenas de carros y motos estacionadas en los andenes, y el peatón teniendo que ‘acomodarse’ a esto, exponiéndose a veces a accidentes.

Sin embargo, en lo referente a sanciones por estos casos, hay cifras más claras.

Según el reporte más reciente, durante enero y febrero de 2018 la Dirección de Tránsito de Bucaramanga impuso 2.944 comparendos por estacionar en sitio prohibido (siendo esta la infracción más común en la ciudad).

En comparación con el mismo lapso durante el año pasado, esta infracción vial tuvo un incremento del 48 %.

Otro dato relevante es que la comuna 12, Cabecera del Llano, es la zona donde más se han impuesto comparendos en lo corrido del año: un total de 2.500.

Además, el pasado 6 de marzo la DTB y la Secretaría del Interior realizaron un operativo de despeje en puntos caóticos de Cabecera, como la calle 52 entre carreras 32 y 33.

Según manifestaron las autoridades, como resultado de estos operativos se impartieron 107 comparendos, se erradicaron 89 puntos de expendios informales y se logró mejorar parte de la movilidad vehicular.

Sin embargo, en nuestro recorrido fotográfico de esta semana, junto con las denuncias enviadas por los lectores, dichos operativos quedan solo como ‘pañitos de agua tibia’ y no como soluciones reales.