La política de proteger el comercio local
Por Gilberto Camargo Amorocho
La experiencia de Alemania de limitar el ingreso de grandes almacenes comerciales es muy valiosa, pues prima defender los propios, la sociedad y sus leyes que son las más robustas del mundo; allí decidieron no ceder paso a las gigantes transnacionales.
Este caso se debería aplicar en Colombia y más en Santander.
Muchos aquí nos sentimos contentos con la llegada de grandes cadenas de almacenes internacionales, pero también sería bueno saber qué ventajas o desventajas nos trae esta presencia.
En el comercio local debe haber una normatividad similar.
Qué bueno que en la alcaldía, la cámara de comercio o gremios de este campo, existiera un comité que evaluara qué nos conviene que ingrese y qué no.
Esto significa que será bienvenido aquel que traiga beneficios de manera integral. Los alemanes lo primero que evalúan son los aportes o afectaciones al comercio local, primando siempre la protección de los paisanos con el lema “lo local es lo mejor y lo local es y debe ser de calidad”.
Se hacen campañas y auditoría de productos nativos buscando confianza en el consumidor y se desconfía de lo foráneo.
Siguiendo su ejemplo, si hubiera una política protectora, el sello “Made in Santander” habría más orgullo y patriotismo.
Allí nadie te revisa si haces las cosas bien o mal (valor de la confianza). La honestidad es cuestión de prestigio e imagen.
No fue bien vista tampoco la política de contratar a gente mayor para abrir las puertas y dar la bienvenida a las tiendas ya que a la tercera edad, aunque es venerada por su conocimiento y experiencia, no se le da trabajo por lástima (valor del respeto).
Para ellos lo bueno cuesta y si es muy bueno, cuesta mucho. Esto anima a las personas a hacer cosas buenas ya que saben que su trabajo será valorado por los demás.
El peso de la sociedad civil fue más poderoso que una marca internacional y no siempre el dinero es lo que manda en una relación comercial.