Rajados en servicio al cliente
Por: Silvia Guillén Heilbut.
Uno de los males que acarrea a la ciudad y algunas partes del departamento son las carencias de servicio al cliente. Tanto en restaurantes como tiendas de barrio y grandes supermercados es el pan de cada día encontrarse con un servicio ineficiente pero además, una actitud ruda y poco amable.
Deficiencias como demoras en la atención o que le traigan algo que no pidió sin avisarle con la excusa de “es que se nos acabó ese producto y le pusimos otro”, mínima o nula actitud de servicio y en ocasiones hasta irrespeto con el usuario es lo que se ve a diario. Lo más inaudito es que a la hora de un reclamo justo por una mala atención, los encargados de los establecimientos no aceptan ninguna crítica o desvirtúan lo que manifiesta el consumidor. ¿Dónde quedó eso de que ‘el cliente siempre tiene la razón’?
No en vano, aprovechar el servicio al cliente es uno de los aspectos más importantes a la hora de aumentar ventas, de mantener una buena clientela y de promover el turismo. En otras ciudades y países se ha demostrado que este aspecto es clave para hacer prosperar un negocio y para el desarrollo de la región.