Gabriel Forero: “El deporte es vida”
A don Gabriel Alfonso Forero Rodríguez la vejez le tiene una cuenta pendiente, cuenta a la que le huye a toda carrera.
Sí, a toda marcha, con el sudor bajo el hombro y con la fuerza que desde los 8 años lo movió a ser un brillante deportista.
El lunes pasado, 12 de marzo exactamente, en una Eucaristía en la Capilla de Las Adoratrices le dio gracias a Dios por haber llegado a los 78 años.
No fue solo por la cifra gorda de años… sino por la implacable vigorosidad que le mueve a jugar baloncesto cada ocho días y a pulir sus jugadas de billar en las mesas del Club Unión y del Club del Comercio.
Inagotable, inquieto y campeón. Eso dicen las fotos blanco y negro que atesora en su maletín negro y que son su hoja de vida cuando de hablar de sus experiencias deportivas se trata.
“… Aquí estaba en Aruba… Esta otra fue cuando gané los 400 metros planos… Ja y aquí con unos amigos jugando tenis… Mis hijos siguiendo mis pasos… ¿Cuál es Forero en esta foto? Adivine… ¿Y conoce a este? Luis Carlos Galán… y en esta entregándole un botón de oro al director de la Billos Caracas, en Venezuela… Ahhh esta es buena, cuando estuve en el equipo de Santander en los Nacionales de Medellín, fui varias veces…”.
Se necesitarían más de 30 minutos para escuchar historia por historia y sin pestañear vivir la realidad de cada uno de sus triunfos… con ese suspenso y claridad al hablar lo lograría perfectamente.
Sí, la vida ejercitada de don Gabriel llama la atención. Pero cómo no va a hacerlo cuando en los estantes de su casa no hay campo para otro trofeo más, cuando sus fotografías hablan por sí solas… y cuando se pone los tenis y la pantaloneta para hacer cestas en las canchas de San Pío.
Tocó las puertas de este medio no solo para sacar pecho y decir que puede correr a sus 78 años, sino para darles un mensaje claro a los jóvenes y niños de esta época.
“El deporte es vida, es salud, es mente sana. Se complementa con el estudio y serán personas gratas, respetuosas en donde quiera que lleguen”, ese es su eslogan.
Un recorrido de primera
El deporte ha llevado a don Gabriel a recorrer varias ciudades, no solo como viajero sino como residente.
Aunque nació en Paipa (República Federal de Paipa… como le llama con orgullo) estudió en el colegio La Salle, en Bogotá y luego terminó el bachillerato en Pereira.
Pero su vida estaba en Venezuela. Allí tuvo la oportunidad de practicar deportes como bola criolla, tejo, natación, voleibol, baloncesto y atletismo y al tiempo ser gestor de escuelas deportivas y recreativas.
Y aunque se radicó allá, la dueña de su corazón le hizo volver… doña Mary León de Forero, su esposa desde el 4 de abril de 1959 a las 9 de la mañana. Sin duda su fiel compañera, amada y hoy cómplice de mañanas de caminata por los corredores del parque San Pío y de los sábados en el parque La Flora.
“Tengo no solo el honor de tenerla a ella, sino a mis hijos y mis nietos que también heredaron el espíritu deportivo”, dijo mientras seguía sacando del maletín negro el carné que lo acredita como miembro del Club Unión desde hace 41 años (algo borroso) y otro de la Liga de Baloncesto de Santander, también bastante llevado por los años.
A pesar de haberle dedicado tiempo a varias disciplinas, asegura que lo que más ha llenado su vida ha sido el baloncesto… pero también confesó que se dejó cautivar del billar y hoy pasa sus tardes con sus amigos, practicando… y disfrutando de la herencia que solo puede dejar una vida cargada de sudor y triunfos: una tercera edad sana y tranquila.
“A Dios, a la Virgen, a mi esposa y al deporte” repite cuando le preguntan a qué se debe tanta vitalidad.